¿Qué tal va el verano?… Yo estoy aprovechando para visitar museos y realizar algunas visitas guiadas, entre otras cosas.
En este post os invito a recorrer el Museo del Traje en Madrid, que este año cumple su décimo aniversario. Una visita que tenía pendiente desde hace tiempo y últimamente estoy repitiendo. Este mes he ido dos veces. Os voy a contar mi experiencia: En primer lugar, participé en una visita guiada a la exposición “Vestir las joyas: Modas y modelos”, organizada por la Asociación de Amigos del Museo del Traje, a cargo de Mª Antonia Herraldón, conservadora de joyería e indumentaria tradicional de este Museo y comisaria de dicha exposición.
Casualidades de la vida, estaba por allí en esos momentos y me integré al grupo, formado por tasadores de joyas.
A Mª Antonia Herraldón la conocí en un semáforo cercano al Museo del Traje; le pregunté sobre la ubicación de esta institución y las dos íbamos en la misma dirección. Tras presentarnos, debido a su trato cordial y cercano, me invitó a sumarme al grupo, en el que estaba también Cristhine Vasseur, vicepresidenta de la Asociación de Amigos del Museo del Traje. Un lujazo.
¿La Ley de la Atracción, coincidencias, casualidades o causalidades…? Esas señales son una muestra de cómo el Universo mueve todo a nuestro favor para darnos todo aquello a lo que dedicamos nuestra energía.
Mª Antonia explicó que en este Museo se ha reunido la indumentaria tradicional que había desaparecido en 1954 y al hilo de esto se empezó a coleccionar la joyería. Una exposición –precisó- relacionada con la indumentaria tradicional. “Si la comparamos con la alta joyería se podría minusvalorar”-dijo-, pero no es el caso, a mí me ha parecido una exposición curiosa y por qué no, sorprendente.
Esta exposición se iba a clausurar el pasado 30 de marzo pero aún sigue abierta.
Cristhine Vasseur, vicepresidenta de la Asociación de Amigos del Museo del Traje
En esta exposición de joyería vemos la evolución de distintas etapas en 80 años de historia, si bien no sigue un orden cronológico. “La joya es un elemento que se lleva en el cuerpo igual que un traje”, argumentó Antonia, “se trata de una colección heterogénea que alude a lo popular y hace un guiño a la indumentaria” añadió.
Otra cosa que dijo la comisaria es que “hay que evitar aquello de que lo antiguo es lo mejor y con esta muestra se rompe con el concepto de alta y baja joyería, esta última asociada al traje popular que ha permanecido oculta”. Para mí, estas joyas son «tesoros escondidos».
Esta exposición consta de los siguientes apartados: Vestir las joyas, Hilar la Historia, Color y Fantasía, Brillos en sociedad y Belleza.
“Vestir las joyas”
En el primer apartado que se llama «Vestir las Joyas», al igual que el título de la exposición, podemos contemplar tres elementos íntimamente relacionados con la indumentaria: botones, hebillas de zapatos y broches. Las hebillas y los botones eran símbolo de estatus, según comentó Antonia.
A principios del s. XIX desaparecen los botones, pero la indumentaria recoge estos botones con sentido funcional.
Me he enterado de que los botones hechos con reales forman parte del chaleco de numerosos trajes regionales españoles.
El siglo XVIII se lleva el lujo al extremo: Las joyas se reutilizan, se transforman. Las piedras preciosas de las hebillas se les da otro uso en muchos casos. En el 90% de los testamentos figuran hebillas de zapatos, afirma Antonia. Llama la atención una hebilla con esmeraldas que se ha conservado.
Podemos ver botones de plata y dorados, acero, plata y oro, así como hebillas de quita y pon. La capa española mantiene ese broche.
Quiero destacar una pieza «demodé»: un maravillosos pañuelo bordado de lagarterana, que podéis ver abajo.
Hilar la historia
El segundo apartado está dedicado al arte de la filigrana, un delicadísimo trabajo hecho con hilos de oro y plata dispuestos en motivos artísticos. A menudo sugiere encaje. Filigrana en todo tipo de objetos, desde broches, cruces, pendientes, botones pasando por adornos personales hasta en los sonajeros.
“El trabajo de filigrana española de los siglos XVII y XVIII es extraordinario”, precisó Antonia, añadiendo que “es obligatorio marcar la plata desde la Edad Media, mediante las marcas se evitan los fraudes. Quien hace la ley hace la trampa”.
La exposición se ve acompañada por un retrato en el que se ven detalles del vestido y de las joyas de la época (s. XIX)
Arqueta de principios del siglo XVII.
La filigrana se trabajaba en toda España, concretamente, en países donde había Corona.
La filigrana es un arte que tiene varias características: no está marcado, salvo los sonajeros que suelen llevar marca. Por otra parte, nos facilitan información de evolución de la moda. En el siglo XVII y XVIII, vemos joyas de carácter religioso, relicarios, medallas, rosarios, Cristos. En los años 60, ¿quién no tenía un rosario de filigrana cordobesa?... argumenta Antonia.
En el siglo XIX se pone de moda lo dorado, para dar sensación de riqueza, dorado sobre dorado, dorado sobre plata, por lo que las joyas de filigrana de plata se pintan en dorado, lo que demuestra “la importancia de la apariencia en una sociedad que quedó sumida en la vergüenza internacional tras perder todas sus colonias», según Herraldón.
Abanico de filigrana dorada perteneciente a la Reina Victoria Eugenia, hecho en China.
¡¡Cómo me gusta la filigrana portuguesa!!. Recuerdo que cuando estuve en Sintra me compré unos pendientes de plata preciosos.
Pendientes de filigrana de plata dorada y metal 1875-1950
Pintura anónima procedente de los fondos del Museo
Color y Fantasía
Este apartado se centra principalmente en piezas en las que el oro va unido a esmaltes y piedras preciosas.
Me ha parecido curiosa una pieza triangular, que es una joya de pecho, conocida como “peto”.
Brillar en sociedad
Empezamos literalmente a brillar a finales del XVII y siglo XVIII, siglo de las luces, una época de grandes revoluciones que se reflejó en el brillo de las piedras preciosas y la aparición de nuevas técnicas, como el strass, una novedosa técnica de talla de cristal que imita al diamante. Del mismo modo, el acero pulido hace que parezca un diamante. De este modo, según Herraldón, “podías tener joyas espectaculares a la moda”.
Había pocos diamantes y tenían un brillo fantástico. «Los pendientes son los que más han desarrollado la fantasía. Y es que joyería sin fantasía estaría muerta” precisó la comisaria.
En este apartado contemplamos piezas como una peineta hecha con apliques de acero pulido, que parecen brillantes verdaderos.
En el siglo XIX, la joya se populariza, se incorporan nuevos métodos industriales y materiales.
Me encantan los pendientes de media luna y los esmaltes con pedrerías.
Sabíais que el coral se puso de moda a finales del siglo XVIII.
En el siglo XVIII usaban joyas tanto hombres como mujeres. Y el reloj, en el siglo XIX, ha sido la joya que ha acompañado a los hombres. Antonia nos contó que con la lava del “Vesubio” se hacen joyas a modo de camafeos.
Belleza
En la cuarta y última vitrina que se denomina «Belleza» se ven joyas de distintas épocas y estilos que están interconectadas entre sí y en las que se aprecia que la belleza es subjetiva. Es el apartado más variopinto.
Por ejemplo, se compara un collar de vidrio visigodo frente a otro de Cristian Dior o un moderno collar de oro típico del traje regional de Ibiza junto a otro de metal de una artista alemana.
“No todas las mujeres que entraban en el convento lo hacían por vocación, numerosas viudas lo escogían como retiro. Dentro de este contexto vemos un collar muy largo de azabache”, agregó Antonia.
Preciosas las cuentas venecianas de cristal que aparecen en África o México y se utilizaban como pago desde el siglo XVII, contó la comisaria.
Hay curiosas joyas de hierro con un trabajo de forja y cincelado estupendo, según la comisaria. Joyas con mucha inspiración oriental conviven con la esencia de la alta costura aplicada a las joyas.
Finalmente, me llamaron mucho la atención los pendientes de titanio, que se hacen en los años 80, que no pesan y son antialérgicos.
Le doy un diez de diez a las interesantes explicaciones de Antonia Herraldón, toda una experta en indumentaria y joyería popular.
Exposición de Cristóbal Balenciaga
En la exposición «La visión del genio, la técnica del maestro» de Balenciaga, a través de tres salas dispuestas cronológicamente vemos la trayectoria del modisto vasco, desde los inicios en San Sebastián pasando por su paso en París en la alta costura internacional hasta su retiro en 1968. Son 62 piezas y una exhibición de imágenes.
Esta exposición comisariada por Igor Uría ha sido posible gracias a un proyecto de colaboración entre Cristóbal Balenciaga Museoa de Guetaria y el Museo del Traje, que han intercambiado sus piezas dando lugar a sendas exposiciones.
En la muestra de Madrid, que estará abierta hasta abril de 2015, se presentan algunas de las piezas más significativas de su trayectoria, como un vestido de novia de 1933 (uno de sus primeras creaciones), diseños para la princesa Lilian de Réthy, la segunda esposa del rey Leopoldo III de Bélgica, o Gracia de Mónaco y el último vestido de novia confeccionado en el taller Eisa de San Sebastián.
En mi opinión, a nivel internacional, Balenciaga ha sido el gran genio de la moda, Gaudí de la arquitectura, Velázquez de la pintura y Francisco Salzillo de la escultura.
Cristóbal Balenciaga Eizaguirre nació en Guetaria, bella localidad de la costa guipuzcoana, en 1895, y muere en Jávea (Alicante) en 1972. Su madre era costurera, trabajaba para importantes familias aristócratas de la zona, y su padre, un patrón de barco que murió joven, cuando Balenciaga tenía 11 años de edad. Era el más pequeño de cinco hermanos, de los cuales dos mueren siendo niños. Puso su mirada en el oficio de su madre y pronto demostró su gran talento por la moda.
Siendo un adolescente, conoció a la marquesa de Casa Torres, abuela de la Reina Fabiola de Bélgica, la cual se convertiría en su mecenas.
Para él, “Es más importante el prestigio que la fama. El prestigio queda, la fama es efímera”.
Va más allá de la moda y la alta costura para adentrarse en el ámbito de la creación artística por su perfección en el corte y en la ejecución de los trajes, la calidad de sus tejidos, la paleta de tonos que usa en sus diseños, etc. Era un ingeniero textil, una mezcla entre empresario y creativo.
En este sentido, viene su afirmación de que “una mujer no necesita ser perfecta ni muy hermosa para lucir mis creaciones. El vestido lo hará por ella”.
Las principales influencias artísticas y estéticas de la obra de Cristóbal Balenciaga son de artistas como Goya, Zurbarán, Velázquez, Sorolla, Zuloaga, Picasso, Joan Miró o Juan Gris.
Admiraba con fervor a Goya, pero utiliza los llamativos colores de Zurbarán: verde esmeralda, amarillo limón o rosa palo…
Y, es que el propio Cristóbal Balenciaga decía así: “un modisto debe ser arquitecto para los planos, escultor para formas, pintor para el color, músico para la armonía y filósofo en el sentido de la medida”.
Exposición «España de moda»
Este verano también podéis visitar la exposición “España de moda” en la que se rememora a los modistos españoles que han contribuido a la explosión de la Moda Española. Ha sido realizada a partir de los fondos del Museo del Traje y está comisariada por Juan Gutiérrez.
Según fuentes del Museo, la moda española ha vivido una profunda transformación en las últimas décadas. Desde los años dorados de la alta costura, en torno a 1960, hasta su expansión internacional, esta exposición recoge lo mejor de los diseñadores españoles en los últimos 50 años. Esa evolución estuvo marcada por un nuevo modelo de producción, el «prêt-à-porter».
Es una exposición muy didáctica y estética por la combinación entre ropa y material gráfico, que denotan que cada hay cada vez más publicaciones de moda y especialización en este sector.
El cordobés Elio Berhanyer es el creador de moda español más importante de su siglo, a excepción del gran maestro Balenciaga y uno de los grandes representantes de la moda española en el mundo. Vivió uno de los mayores éxitos de su carrera con la presentación de sus creaciones en Nueva York en 1964.
Elio Berhanyer Vestido en tafetán de rayón con volantes
La presencia de las gemelas Naty y Ana María Abascal en las pasarelas generó expectación en la ciudad de los rascacielos, pues Berhanyer hizo creer al público que se trataba de una única modelo capaz de cambiarse de ropa de manera vertiginosa.
El Corte Inglés y Galerías Preciados fueron los introductores del modelo americano de venta por departamentos y rivalizaron por el liderazgo en el sector. Finalmente, en 1995, Galerías Preciados fue absorbida por su rival. En El Corte Inglés se encuentran «corners» de las principales firmas de moda nacionales y extranjeras, que están teniendo buenos resultados.
En 1940 se funda la Cooperativa de la Alta Costura Española. Pedro Rodríguez, Ricardo Maese, Asunción Bastida, El Dique Flotante y Santa Eulalia encabezaron la iniciativa. Santa Eulalia, fundada en 1843 y pionera de la alta costura desde 1926, es la única de aquellas firmas que se mantiene en activo. Hasta 1995 el valenciano Pedro Rodríguez siguió realizando alta costura y en 2011 inauguró su nuevo local en el Paseo de Gracia de Barcelona.
Vestido de fiesta de Pedro Rodríguez
Pedro Rodríguez en uno de los grandes modistas de los tiempos dorados de la Alta Costura. Cofundador y presidente de la Cooperativa de la Alta Costura Española.
A finales de los años 60, Manuel Pertegaz asistió en Nueva York al musical «Hair» y comprendió que había que abrir nuevos caminos en el mundo de la moda. Desde 1970, empezó a producir «prêt-à-porter», consciente del papel de la juventud en la nueva sociedad de consumo. Resultaba muy alto el importe del impuesto de los bienes de lujo lo que propició el cierre de la mayoría de casas de alta costura.
Vestido de Manuel Pertegaz
Exposición de talentos emergentes
En mi visita al Museo del Traje coincidí con la inauguración de la exposición del Centro Superior de Diseño de Moda de Madrid de la Universidad Politécnica. Otra vez la casualidad llegó a mí.
Os cuento. Había abandonado el edificio y recibí una llamada de una persona que me anunció que se iba a celebrar este evento y ¡yo no podía perdérmelo!.
Durante el mes de julio, han rotado semanalmente diseños de jóvenes diseñadores dentro de “Meses del Diseño Emergente” en el que han participado Escuelas y alumnos. He podido ver trabajos súper creativos.
Tuve la oportunidad de conocer a la directora del Museo del Traje, Helena López del Hierro, al Director-Gerente del Centro Superior de Diseño y Moda de la Universidad Politécnica (CSDMM), Fernando Lanzaco, y de volver a coincidir con la diseñadora Ana Locking, profesora en la UPCT, a quien conocí este año en ARCO porque fue la creadora de las sudaderas oficiales de este evento. Ella es licenciada en Bellas Artes y está muy sensibilizada y comprometida por el arte y la moda. La admiro como diseñadora y es una persona encantadora. Profesores y alumnos del CSDMM la adoran.
Con Ana Locking
Tienda
La tienda del Museo del Traje no está en la entrada o en la salida del Museo como es habitual sino algo escondida, debajo de las escaleras de acceso al Museo, junto al Café de Oriente.
Se puede adquirir una amplia gama de complementos, textiles, papelería, libros, etc.
Podemos encontrar, también, objetos de lo más curioso.
Otros artículos que pude ver son abanicos, pañuelos, llaveros, bandejas, y una gran variedad de títulos de editoriales reconocidas internacionalmente.
Café de Oriente
El Café de Oriente del Museo del Traje es del grupo Lezama, al que pertenece también el Café Oriente, un emblemático restaurante de Madrid reconocido por su buen servicio y una comida exquisita, que está ubicado en el Madrid de los Austrias, en la Plaza de Oriente, de la que toma su nombre, frente al Palacio Real.
Un agradable desayuno, aperitivo, comida o tomarse solo un café es una buena opción. Y cenar en el jardín del restaurante es una delicia.
La cafetería es muy amplia y tiene dos clases de menú a un precio asequible.
El restaurante es visitado por personalidades políticas, como Ana Botella, alcaldesa de Madrid, o Saénz de Santamaría, vicepresidenta del gobierno, cargos universitarios, y personas que residen cerca, en localidades como Pozuelo de Alarcón o Somosaguas. Buen ambiente en un lugar privilegiado.
Un dato curioso: Una toma de refrigeración de agua de las máquinas de aire acondicionado del Museo, que hace la función de fuente, embellece aún más si cabe el bonito jardín. Mucha gente no lo sabe.
En el Museo del Traje hay más exposiciones y actividades que os invito a descubrir.
Y con las imágenes refrescantes del jardín del Café de Oriente despido este post que es el último antes de las vacaciones. Tiempo para desconectar y cargar pilas. Volveré en septiembre si Dios quiere. ¡¡FELIZ VERANO!!