No me podía perder una exposición sobre moda vinculada al arte y más tratándose del último genio de la Alta Costura, Hubert de Givenchy. Desde que tengo el blog, hace algo más de un año, es la segunda exposición que he visto con el binomio Arte y Moda; la otra fue “Entre Bambalinas… Arte y Moda”, celebrada en el IVAM, Instituto Valenciano de Arte Moderno.
En estos momentos es tendencia internacional celebrar exposiciones sobre Arte y Moda, y es frecuente que muchos diseñadores colaboren estrechamente con artistas. Me fascina el mundo de las sinergias, unir fuerzas y potenciarse mutuamente.
El Museo Thyssen-Bornemisza ha inaugurado la exposición del diseñador francés “Hubert de Givenchy” , que se podrá visitar hasta el 18 de enero de 2015. La primera incursión de este Museo en el mundo de la moda. Para quienes no habéis visto el anterior post sobre esta muestra, podéis pinchar aquí.
La Alta Costura entra al Thyssen con Hubert de Givenchy con su propio patrocinio -la Maison Givenchy-, y Philippe Venet como asesor del proyecto.
Esta exposición está comisariada por Eloy Martínez de la Pera junto con la ayuda de Paula Luengo, Comisaria Técnica del Área de Conservación del Museo Thyssen- Bornemisza.
Se trata de una retrospectiva del diseñador francés Hubert de Givenchy. Una leyenda viva. La muestra recorre casi cinco décadas de su vida profesional: desde la apertura de su Maison en 1952 en Paris hasta los años 90.
La exhibición presenta diseños de Alta Costura procedentes de Museos y colecciones privadas de todo el mundo han sido armoniosamente combinados con pinturas de arte clásico y contemporáneo, mostrando de esta manera el gran interés de este diseñador por el arte.
Como antesala a este evento se celebró una rueda de prensa en la que intervinieron los artífices de este proyecto: el propio diseñador, Hubert de Givenchy, que lleva sus 87 años con distinción y elegancia; la Baronesa Thyssen; el director artístico del Thyssen, Guillermo Solana y el comisario de esta exposición Eloy Martínez de la Pera.
Así pues, hemos podido conocer la opinión de todos ellos sobre esta exposición histórica.
Guillermo Solana ha afirmado que es una exposición del último de los grandes maestros de la Alta Costura, ocupando el espacio principal donde se hacen las exposiciones de grandes pintores como Monet.
Ha añadido que la moda se mezcla con las Bellas Artes, haciendo también una alusión al cine y a la fotografía, como por ejemplo, con la foto de la recepción que dio el general De Gaulle durante la visita oficial a Francia del presidente de los EE.UU., John Fitzgerald Kennedy, acompañado por su esposa Jackie. La exposición, según sus palabras, representa la imponente belleza de un creador desde sus comienzos hasta los años 90.
La moda es un asunto cultural, según el director artístico del Thyssen, precisando que “es la expresión del espíritu de cada época”.
Solana ha explicado que el diálogo de los diseños textiles con la pintura fue por expreso deseo de Givenchy y su pareja, el diseñador Philippe Venet, dos grandes coleccionistas de arte del siglo XVI y XVII, y del siglo XX. Philippe ha colaborado en esta exposición y Solana ha mostrado su agradecimiento públicamente por ello.
Philippe Venet junto a Anne-Lise, jefa de taller de Maison Givenchy
En referencia a esta unión entre el Arte y la Moda, Solana ha dicho que es una relación muy sutil en la que hay cierta afinidad.
El director artístico del Thyssen ha destacado que Givenchy ha cuidado cada detalle de la exposición, ocupándose personalmente de las maniquíes, y ha dicho que para la comisaria técnica, Paula Luego, ha sido todo un sueño.
Por su parte, Eloy Martínez de la Pera ha expresado que era un momento histórico, por tratarse del último gran maestro de la Alta Costura y que en esta exposición vamos a encontrar el espíritu que está dentro de Hubert de Givenchy, su aprendizaje en grandes talleres y los más exquisitos tejidos.
Eloy Martínez de la Pera ha subrayado la huella de su mentor, Balenciaga, genio de Getaria, y las lecciones de belleza que recibió en el taller de la diseñadora italiana Schiaparelli, donde trabajó cuatro años.
Ha hecho observaciones sobre el sentido de lo bello y estético que posee Hubert de Givenchy, que ha heredado de una familia de coleccionistas, y su vinculación con el arte que ha ido forjandóse en él.
Ya decía Leonardo da Vinci que “La belleza perece en la vida, pero es inmortal en el arte”.
A Eloy Martínez de la Pera tampoco se le podía olvidar mencionar a Audrey Hepburn. En definitiva, “vamos a pasear por lo bello con todas las creaciones de su trayectoria internacional. Desde bocetos de Givenchy hasta textos informativos ”.
En esta exposición se proyecta un vídeo con momentos inolvidables de su vida laboral, que os recomiendo. Me ha encantado, por ello he intercalado algunas imágenes del vídeo con sus diseños.
Actualmente, Eloy Martínez de la Pera es miembro del Patronato de la Fundación Cristóbal Balenciaga, cuyo Presidente es Givenchy.
Hubert de Givenchy
Hubert de Givenchy mide casi dos metros y tiene la memoria perfecta. ¡Vaya fachón!. La Baronesa Thyssen, ha reconocido que era guapísimo de joven. Me sumo a ello.
En la Rueda de Prensa, Hubert de Givenchy ha expresado su profunda admiración hacia Balenciaga y Audrey Hepburn, dos nombres vinculados estrechamente a su carrera profesional.
Para Givenchy, aunque ahora se hable de Alta Costura, ésta ha cambiado mucho en los últimos tiempos. En su opinión, el último de los grandes maestros, Yves Saint Laurent, ha puesto punto final a la Alta Costura, tras su pérdida.
Givenchy ha enfatizado que entre la Alta Costura y las boutiques de ahora se abre un abismo. Define su ropa como atemporal y, desde luego, lo que más me ha sorprendido de esta exposición es la eternidad de sus diseños, son clásicos y a la vez actuales.
Givenchy ha hablado con nostalgia de su época como diseñador de Alta Costura, recuerda el olor especial y particular de las telas que recibía para sus diseños y – hasta que le llegaba la inspiración-, le parecía un momento especial y mágico. Ha dicho orgulloso que creaba sus modelos encima de una maniquí y que ha sido un verdadero sueño hacer estas creaciones.
Ha comentado que en su profesión ha tenido un equipo maravilloso. El oficio ahora ha cambiado. Era fantástico el contacto que se establecía con las clientas y la importancia de conseguir su confianza. “Las cosas que se hacen hoy en día no tienen pies ni cabeza, los tiempos han cambiado”, enfatiza.
Sobre si ha encontrado otra clon de Audrey Hepburn, ha dicho que no se lo ha planteado, que ella era una mujer con elegancia y belleza, con enorme talento y generosa, con muchas cualidades. Su imagen sigue estando presente en la publicidad.
Audrey Hepburn y él se conocieron cuando ella acudió a su taller para que le hiciera el vestuario de la película Sabrina. Ahora, Hubert de Givenchy acaba de publicar un libro sobre Audrey Hepburn en el que la describe tal y como es, rindiendo homenaje a la belleza. “Al ser bailarina, sabía moverse, pero sobre todo, era una mujer íntegra” afirma. El diseñador francés confiesa que con ella hubo una complicidad y un entendimiento magnífico.
Givenchy nos ha recordado que donó al Museo del Traje de Madrid el mítico vestido negro de “Desayuno con Diamantes”, lucido con glamour por Audrey Hepburn, y muchos más. Recientemente, ha recibido el Alfiler de Oro por parte de dicha institución, que le convierte en «Amigo de Oro» en señal de agradecimiento.
Admirador y discípulo del diseñador español Cristóbal de Balenciaga, a quien ve genio y talento, ha dicho sentirse maravillado por su trabajo: “Aprendí mucho hablando con él porque no trabajé en su taller”.
En calidad de coleccionista de arte, ha afirmado que hace falta enamorarse de algún artista o de alguna obra e invertir en ello. Givenchy reconoce la influencia de la pintura en su trabajo. Ha sido coleccionista de pintura de los siglos XVII y XVIII, además de obras de artistas de comienzos del siglo XX. La pasión por el arte le viene de su abuelo paterno, coleccionista de tapices.
Considera que lo principal es vivir en perfecta armonía con los colores para ser feliz donde vivas y que es importante el lugar que ocupan los objetos, no ir acumulando sino encontrarles el lugar adecuado.
Ahora vamos hacer un recorrido de la exposición con la compañía de la Baronesa Thyssen.
El recorrido arranca con una muestra de sus comienzos en su propia casa de Alta Costura, la Maison Givenchy, en 1952, como la famosa blusa Bettina, confeccionada con tela blanca de algodón y mangas adornadas con bordado inglés.
Blusa Bettina en linón blanco, con volantes en el antebrazo rematados en bordado inglés negro y falda en lino de color tabaco. Verano de 1952.
En esta exposición se pueden contemplar tejidos exclusivos para la Alta Costura, como terciopelos, mohaires, brocados … Y es que Givenchy daba mucha importancia a las telas de calidad y escogía las más exquisitas. Vestidos de seda, shantung, crepé, organdí… cuajados de perlas y piedras preciosas, coral, cristal de roca, plumas … llenos de detalles.
Vestido de noche recto en satén negro, con cuerpo con efecto semi bolero, bordado con paillettes doradas y negras, y con piedras multicolares con ribetes de coral Rosalind. Invierno de 1991.
Vestido de noche en faya rojo cereza, con cuerpo bordado con pedrería y flecos. 1994.
Por otra parte, una selección de vestidos cortos, piezas en piel y trajes en seda y lamé protagonizan las siguientes salas.
Obra de Frank Stella
Conjunto de día compuesto por pantalón en gabardina azul marino y chaqueta en piel satinada con rayas azul marino y blancas.
También, hay modelos que combinan el blanco y el negro o simplemente llevan el color negro.
Obra de Josef Albers, Constelación estructural. Alfa 1954
Grandes clientas
Sus diseños conquistaron a mujeres tan emblemáticas como Jacqueline Kennedy, Wallis Simpson, Grace Kelly o Audrey Hepburn, su eterna musa y su mejor embajadora.
Vestido de noche recto en organza estampada de rayas anchas blancas y azul marino y echarpe a juego. Para la duquesa de Windsor (verano de 1966).
Muchas de las piezas exhibidas forman parte de la historia del siglo XX, como el conjunto de noche que llevó Jackie Kennedy en la recepción oficial del general De Gaulle en Francia (verano de 1961). Vestido y abrigo en satén crudo, cuerpo con flores multicolores bordadas que podemos ver en la imagen de abajo a la derecha.
Givenchy también vistió a Carolina de Mónaco.
Otro aspecto a destacar en Givenchy es la referencia al cine, realizando muchas creaciones para películas.
La exposición dedica un merecido espacio a la actriz Audrey Hepburn, debido al profundo vínculo profesional y personal que se estableció entre ambos desde que se conocieron en 1954.
Hubert de Givenchy permanece unido al nombre de la actriz Audrey Hepburn a quien vistió tanto particularmente como para el cine.
Vestido tubo de noche de satén negro, creado para Audrey Hepburn para la película Desayuno con Diamantes, 1961
Conjunto de cóctel en encaje negro compuesto por vestido y chaqueta corta; velo en encajes, diseñado por Givenchy para Audrey Hepburn en la película «Cómo robar un millón», 1996.
Una seña de identidad de Givenchy es la influencia en sus diseños del arte. Sus creaciones establecen diálogos con artistas como Zurbarán, Rothko, John Singer Sargent, Miró, Robert y Sonia Delaunay, Georgia O´Keeffe, Max Ernst o Theo van Doesburg.
Vestido de noche, con cuerpo de organza blanca bordado con rafia y pailletes azules y grises y falda en faya salmón. Verano de 1992.
Obra de Max Ernst. Treinta y tres muchachas salen a cazar la mariposa blanca, 1958.
Obra de Joan Miró. Pintura sobre fondo blanco, 1927
Obra de Lucio Fontana. Venecia era toda de oro, 1961
Obra de Ambrosius Bosschaert I. Vaso chino con flores, conchas e insectos, c.1609
Obra de Theo van Doesburg. Composición XX, 1920.
Conjunto de noche compuesto por pantalón en satén charmeuse violeta y chaqueta en patchwork bordada. 1985.
Obra de Robert Delaunay. Mujer con sombrilla, 1913.
Obra de Sonia Delaunay-Terk. Contrastes simultáneos, 1913
Obra de Mark Rothko. Sin título (Verde sobre morado) 1961.
Obra de Lászlo Moholy-Nagy. Segmentos de círculo, 1921.
En cuanto a sus vestidos de noche, el color negro destaca por encima del resto con sus famosos ‘little black dress’, todo un éxito.
Vestido de cóctel corto en crepé negro, con escote asimétrico ribeteado con pequeñas plumas negras. Invierno de 1968.
Vestido de noche en punto de seda negra, con calados de celosía de piel dorada a lo largo de las mangas y de los costados. Llevado por Jerry Hall. Invierno de 1975.
Antes de acabar la exposición se exhiben unos trajes de novia y vestidos de noche maravillosos. Otras de sus señas de identidad.
De frente, una obra de Georgia O´Keeffe. Abstracción. Resplandor I, 1921
Vestido de novia, con cuerpo en organza blanca bordado con paillettes y piel dorado, y falda en faya rosa pálido. Invierno de 1992.
Obra de Hans Maler. Retrato de Ana de Hungría y Bohemia, 1519.
El recorrido termina con una fotografía gigante cuyos protagonistas son Givenchy rodeado de un grupo de bellas top-models de los 80, fotografiadas por Joe Gaffney.
El 11 de julio de 1995 es la fecha de su último desfile de Alta Costura, en el que hizo salir a la pasarela a todo su equipo de costureras, todas ellas uniformadas con bata blanca. Eso dice mucho de lo grande que es, no solo como diseñador sino como persona. Un trabajo invisible, escondido, que brilló ese día con luz propia. Es fruto del esfuerzo de todo un equipo. Un momento inolvidable que ha quedado grabado en la retina de muchos. Estas imágenes se muestran en el vídeo que se proyecta de toda su trayectoria profesional.
Ciclo de cine y artículos de la tienda del Museo
Esta exposición está acompañada de un ciclo de cine que prevé la proyección una decena de películas que se podrán ver los sábados, con acceso gratuito, desde mediados de noviembre hasta que finalice la muestra, el 18 de enero de 2015.
Entre las novedades que la tienda del Museo presenta con esta exposición se encuentran algunos diseños realizados para la ocasión por el propio Givenchy, como una selección de bolsos en tela de diversos tamaños y estampados; bolsas de plástico; paraguas; abanicos con su firma; fundas de gafas; cajas de lápices; libretas de piel; blocs de dibujo, antifaces para dormir de encaje -réplicas del conocido antifaz que luce Audrey Hepburn en «Desayuno con diamantes»- o una selección de carrés en seda.
Son productos exclusivos que están a la venta también en la tienda online.
Considero que esta exposición es muy elegante y enriquecedora. Las creaciones de Hubert de Givenchy son verdaderas obras de arte. Se establece una armonía de estilo y color entre las pinturas de la colección del Museo Thyssen-Bornemisza y las casi 100 creaciones de Hubert de Givenchy.
“Vestir a una mujer es hacerla bella”
¡¡Una exposición que no hay que perderse!!
Pintura de Zurbarán. Santa Casilda, c. 1630-1635
Un buen reportaje. ¡Gracias!
Gracias a ti Lourdes por tu amable felicitación 😀