¿Por qué el pintor Álvaro Reja y la diseñadora Aline nos hacen soñar?

Álvaro Reja y Aline González, dos artistas autodidactas, Álvaro en los lienzos y Aline en la artesanía en piel, unidos por un talento especial, sensibilidad artística y pasión por la creatividad. Cuando vi la obra de Reja y seguidamente las creaciones de Aline encontré un paralelismo por diversas razones: colorido, geometría, espiritualidad, sueños a destinos lejanos…

En este post vamos a conocerlos mejor y veremos la sintonía entre ambos, como yo la percibí tras una primera impresión. Te llevará tal vez a soñar con nuevos lugares como el Tíbet y las reservas de los indios sioux de la mano de Aline o te hará ver una realidad diferente con las pinturas de Álvaro Reja.

Álvaro Reja

Nacido en Badajoz, residente en Palencia y propietario de una galería de arte en Marbella junto con Carlos Junco, llamada«Reja y Junco». Si no habéis visto el post que dediqué al pintor Junco os invito a que lo leáis http://www.celiaquijano.com/las-pinturas-de-carlos-junco-se-visten-de-flores-naturales-con-bohochic/

Reja es un pintor que, dirige su mirada no a la realidad exterior sino a un mundo interior lleno de imágenes interiores, sueños, espiritualidad. Una pintura con alma. Síntesis entre la fantasía y realidad, fuerza y delicadeza, corazón y razón. Como resultado, obtiene una serie de imágenes oníricas, propias de un mundo personal artístico.

Quiere que sus cuadros transmitan fuerza, bondad, energía y espiritualidad. Traslada la realidad externa a su mundo interior. A esto se le llama ser un pintor del expresionismo onírico. Álvaro Reja mira hacia dentro. Un cosmos totalmente personal,  irracional, imaginativo y original.

Cuando visité su galería de arte, me llamó la atención su maestría con el color y sus trazos en el dibujo, fuera de normas, con aquellos espejismos que habitan en el ser inconsciente, al menos, eso decía Freud. Plasma un rico mundo interior, transforma la realidad en armonía y belleza.

A lo largo de su trayectoria como pintor ha recibido diversas influencias que han marcado su obra. En 2002, a raíz de su visita al Museé d’Orsay de Paris, su  trabajo da un giro hacia un arte más atemporal, descubriendo que el arte es cubista. A partir de ahí dice que su pintura empieza a ser más geométrica, fragmentando líneas y simplificando superficies, en busca de una adecuada arquitectura.

El cuadro «Familia de Arlequín con mono» de Pablo Picasso, también ha tenido repercusión en su manera de ver el arte, por la forma, el color y su desvinculación de la tradicional pintura clásica. Por otro lado, la obra del Greco también le ha aportado un componente espiritual, que se aprecia en las formas alargadas de algunos personajes de sus cuadros.

La forma de ejecutar su obra es que se deja llevar por esa energía que ha ido creciendo en él por la pasión artística, de esta manera la obra se va desarrollando y el cuadro se hace a sí mismo, porque, en su opinión, «el artista es solo un instrumento de la energía». La pintura es un camino, una evolución, por lo que no busca un estilo particular, su obra es variada.

Me ha llamado la atención la presencia de peces en su obra, así como la famosa Arca de Noé, y Álvaro Reja me hace recordar que el pez es un icono del cristianismo, al igual que el número 3 simboliza la Trinidad (Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo) por este motivo, incluye peces desde hace tiempo y, a veces, hasta tres figuras en sus cuadros. Y es que la espiritualidad, el Camino de Santiago y el Arte Románico, tan arraigado en Palencia, le han influido en su obra.

Aline González Ugo

Un año y medio con su taller Alinethesioux- Art & Feathers, pero 9 años de trayectoria profesional, llegando incluso a diseñar muebles. También es adiestradora canina, lo que me hizo recordar uno de mis programas favoritos  “El encantador de perros”, que enseña cómo educar a los animales con problemas de comportamiento.

Una mujer con una mentalidad abierta a todo tipo de culturas. Le fascina especialmente la cultura de los indios sioux y la de Tíbet, que traslada a sus diseños. Cuando era pequeña y mataban a un indio apache en alguna película, dice que lloraba. Seducida  desde  la infancia por  la  estética  y  la  maravillosa  extravagancia  de los  indios  americanos.

 

Su admiración por el Tíbet empezó cuando conoció a un lama budista tibetano, gracias a la práctica de yoga. De ahí  sale su colección inspirada en el Tíbet y Nepal con  pulseras, collares, pendientes y adornos con piedras, bronce, plata y otros abalorios.La cultura tibetana está enfocada hacia el budismo y es esencialmente espiritual.

Aline: «Y la vida  comienza  cada  mañana  en  el taller alinethesioux. En  mi mundo-taller se instaló la  espiritualidad  que  dirige  mis manos día a día”.

Desde la creatividad e imaginación personal descubre nuevos usos de los complementos. Por un lado, las plumas, piedras, colores y flecos de los indios, por otro, la colorimetría y piedras del Tíbet. Excelente combinación.

Nacida en París en 1968 y afincada desde hace 25 años en Gandía (Valencia). Vende por diversos puntos de España, entre ellos Ibiza. También por encargo a través de su fan page, mail o vía telefónica.

Me comenta que los indios sioux fueron los primeros ecologistas, puesto que sacrificaban a los animales para consumo humano, por necesidad, de modo que ella compra, junto con otros artesanos, pieles de animales de consumo, desechando todas las que proceden de criadero.

Los materiales que usa son comprados en  dos reservas sioux, una en Nebraska (Santee Sioux) y otra en  Montana (Fort Peck).  Cada pieza es cosida a mano con hilo de tripas de búfalo según la tradición de los indios sioux. La técnica empleada es costosa pero da un resultado muy natural y llamativo.

Algunos bolsos están realizados en cuero sobre el que se ha pintado a mano un estampado que simula el «print» de leopardo, un must-have de esta temporada.

Aline dice que  las plumas ayudan a ornamentar y ofrecen muchas posibilidades, a lo que añade que hay muchos tipos, en cuanto a colorido y rigidez. Para los indios las plumas son muy importantes, dependiendo de la cantidad y el tamaño se mide el valor del guerrero.

Por otra parte, se inspira en el Tíbet para hacer joyitas, con adornos traídos desde allí para sus diseños. Le atrae la cultura tibetana por la colorimetría, especialmente los colores turquesa y granate, no por la religión budista. Piedras semipreciosas como ámbar, coral, turquesa, mezcladas con abalorios auténticos del Tíbet: bronce, plata, hueso y cristal. Compra también a artesanos de Nepal.

Un dato curioso: Parece ser que hay una unión parental entre los indios y los tibetanos y, en este sentido, se está estudiando al respecto, según me ha informado esta diseñadora.

Sus creaciones son confeccionadas en su totalidad con pieles de animales de consumo cosidas a mano, sin ayuda de máquinas, abalorios de hueso, cuerno, conchas del río y simbología traída de las reservas. También, agrega sedas recicladas, huesos, plumas naturales (según migración), crin de caballo, plata, cristales y piedras semi preciosas. Cada pieza es exclusiva e irrepetible.

Me parece súper original la cinta vintage para la cabeza de puntilla elástica con plumas de migración, bolitas de bronce y cerámica, autorregulable y adaptable. Y me encantan los bolsos vintage con flecos de ante. Soy una fan de los flecos.

Unos adornos realizados con plumas y piedrecitas para los pies  y los brazos captaron mi atención. Este complemento me llevó a entrar en su fan page. Llevan un alambre manejable que los convierte en adaptables.  Las extensiones de plumas para el pelo y las calaveras decoradas con pan de oro son también increíbles.

Su trabajo es cien por cien artesanal, al que tiene que dedicarle mucho tiempo porque es un proceso laborioso, pero sus diseños gustan tanto que le produce una gran satisfacción. A mí me tienen hipnotizada.

Como frase de despedida quiero decir:  ¡Cuánta energía y pasión artística tienen Álvaro Reja y Aline, por Dios!