¿Os gusta la idea de poder disfrutar del Lobby de un hotel sin tener que estar alojado?
Pues ya tenéis el Hotel Boutique “Siete Islas” en Madrid, un nuevo concepto de Lobby. Aunque no estés hospedado en este hotel ni vayas acompañado de un huésped puedes ir al Lobby-bar a comer o tomarte un cocktail, quedar con amigos o simplemente relajarte en un entorno cultural y artístico. Una tendencia neoyorkina que está de moda.
Se destaca por estar dedicado al mundo del arte y por su situación privilegiada (C/Valverde nº 14) en los alrededores del animado barrio de Chueca, una zona conocida como el Soho-madrileño.
Me encanta esta idea y este sitio. Para empezar, por su ubicación, cerca de Gran Vía, y en segundo lugar por su estética vanguardista que se aleja de lo cotidiano. Si tuviera que definir este hotel con una palabra sería la de “acogedor”, y es que la tradición familiar es una cuestión con mucho peso. Ahora veréis el porqué.
Poco podía imaginar Juan Rosa, empresario de Lanzarote, que el hotel que él fundó en 2003 para acoger a los isleños como “una casa fuera de su hogar” se convertiría al cabo de los años en un establecimiento que cuenta con un innovador Lobby (vestíbulo, hall, recepción) rediseñado cuidadosamente.
En las dos fotografías de abajo podéis ver el antes y después de la reforma del hotel.
La tercera generación de la familia ha reinventado este hotel dándole versatilidad y un valor añadido. Las tres nietas del fundador, Mónica, Luz y Kira Salces Rosa, son las que llevan las riendas del hotel y con sus nuevas ideas han conseguido crear un nuevo espacio con encanto natural, buen ambiente y diseño… respetando las raíces familiares, y con ello han logrado posicionarse dentro del exclusivo círculo de “hoteles boutique” dedicados al arte.
Con buen olfato se han dado cuenta de que el sector de la hostelería necesitaba este tipo de hotel que era inexistente en esta zona. Y vieron claro el negocio.
En los tiempos que vivimos las empresas han de renovarse de manera constante y el Hotel Siete Islas no es ajeno a ello. Fue así como surgió todo.
Hace honor a su lema de «sentirse como en casa» y en él predomina un ambiente relajado y familiar.
Su ubicación es estratégica, como he comentado antes. El hotel Siete Islas está en una calle tranquila a sólo 200 metros de la Gran Vía y muy cerquita del barrio de Chueca, una de las zonas de moda en Madrid. Está a diez minutos a pie del Museo Thyssen Bornemisza, a quince minutos del Museo del Prado y a unos diez de la Puerta del Sol.
Asimismo, es un hotel cercano a las zonas de shopping, restaurantes y teatros de las calles Gran Vía y Fuencarral, y los barrios de Tribunal y Chueca. Madrid es una de las capitales de la moda y del ocio.
¿Qué es un hotel boutique?
Este tipo de hoteles se creó en Europa y Estados Unidos en los años 80 para aquellos que buscan exclusividad y para diferenciarse de los hoteles de las grandes cadenas que presentan un sello estándar.
El hotel boutique es un concepto de hotel que está caracterizado por una particular ubicación, servicio y diseño. Son hoteles pequeños, tienen un servicio personalizado y todos los dormitorios son diferentes.
Hay muchas definiciones de «hotel boutique” pero todas tienen en común que buscan generar en el huésped una experiencia diferente. El objetivo es que el visitante se sienta como un invitado en un hogar y se le muestre lo mejor de la ciudad.
Suelen tener pocas habitaciones. No obstante, el tamaño no es decisivo para ganarse este exclusivo sello; pueden tener desde cuatro hasta alrededor de 100 habitaciones, siempre y cuando cumplan con los requisitos del concepto boutique.
Por lo general están ubicados en inmuebles patrimoniales con historia que contar. También, pueden estar circunscritos a entornos acogedores.
Los hoteles boutique que se circunscriben a cascos históricos son acondicionados con todas las comodidades y servicios combinados con una infraestructura moderna y tecnología avanzada.
Hoteles exclusivos y personalizados. La idea es “hacernos sentir como en casa”, centrándose así en la exclusividad de las instalaciones, servicios y productos. Intimidad, privacidad y servicio personalizado son sus principales valores. Esta nueva propuesta de hotelería está cada vez más de moda en España.
Siguiendo esta línea, el hotel Siete Islas ha llevado a cabo la consiguiente reforma del local, lo que marca una nueva etapa en el negocio. Más adelante renovarán las habitaciones y salas del hotel.
El resultado lo podéis ver en las imágenes que os muestro: Una decoración con estilo industrial que no resta calidez a cada estancia gracias a una iluminación acogedora. He de destacar que el espíritu de este hotel ha sido, también, el de «tener cariño y respeto a las tradiciones”.
Nada más entrar en el hotel se puede disfrutar de un ambiente lleno de arte y cultura, un mobiliario exquisito, recepción moderna, Lobby con chimenea y bar.
El Lobby del Hotel Siete Islas es una zona amplia y luminosa, en la que la nobleza de la madera, el mármol o el acero conviven en perfecta armonía con los materiales autóctonos de la isla de Lanzarote, como la cerámica y la piedra volcánica, consiguiendo crear un ambiente especial.
Concretamente, la piedra de lava se encuentra en las columnas principales del Lobby; todas las placas se trajeron directamente desde Fuerteventura (Canarias).
Mi pregunta dirigida a las hermanas Salces Rosa es la siguiente ¿Por qué este hotel boutique está dedicado al arte? ¿Hay alguna razón especial?
Y esta ha sido su respuesta: “Buscamos sacar el arte de la galería para que todo el mundo pueda acceder a él. Nuestro objetivo es crear un espacio público donde se pueda disfrutar de una pieza de arte original y única, que sea accesible a la gente de pie de calle y, por supuesto, captar la sensibilidad de los clientes que nos visitan”.
La renovación que se está realizando está a cargo de Kikekeller (Kike y Celia); junto a Pedro Palop, conocido arquitecto madrileño que se encargó de la obra del Lobby; y con la colaboración de jóvenes diseñadores como Ángel Tausía, Arantza Díaz Matud de ADA2 o Marre Moerel.
Todos ellos son responsables del gran cambio que vive el hotel. Desde la iluminación, un aspecto al que dieron mucha importancia, hasta los recubrimientos de paredes y techos; cada pieza es única.
El toque familiar reside en el trato personal y exclusivo, posible gracias a la privacidad que existe en el hotel, que cuenta con 79 habitaciones (19 habitaciones dobles, 57 habitaciones twins y 3 suites con terraza privada).
Creo que es una buena idea poder alquilar las bicicletas que se encuentran en el porche de la entrada, al lado de la puerta principal.
Me fascina el patio típico canario que hay en el interior del Lobby, con una pequeña fuente, paredes lacadas en blanco y una gran hiedra dándole un soplo de frescura.
Los visitantes pueden encontrar taquillas frente a la puerta principal, bien para guardar las maletas de los visitantes cuando dejan la habitación y hacen el check out o bien para dejar algunas pertenencias y no tener que subirlas.
Se me ocurre que quienes no están alojados y van de compras, por ejemplo, pueden aprovechar entre ruta y ruta para descansar, tomar un ligero «piscolabis», y descargar peso, si es excesivo, en las cabinas.
Además, este hotel cuenta con un bar, donde se puede tomar desde un café, un cocktail Margarita de Sandía o un Siete Islas (Ginebra, plátano de canarias y menta fresca) hasta un delicioso batido de frutas naturales.
En el bar se pueden degustar productos de su carta menú, con platos sencillos y apetecibles, como Hummus & Bagaganoush, ensalada Caesar, sándwich de Roastbeef o un magnífico Risotto.
En definitiva, disfrutar del mundo del arte y la cultura en un ambiente agradable y único.
En cuanto a la decoración, las hermanas Salces, conocían la galería Kikekeller y les apasionaba el buen gusto que poseen y lo creativos que son; de modo que querían que el hotel transmitiera el ambiente que existe en la galería.
La galería de arte Kikekeller
En la vida muchas veces “una cosa lleva a la otra”. El hotel Siete Islas me ha llevado a conocer a la galería de arte-tienda Kikekeller, un espacio al que le han dado un nuevo enfoque multidisciplinar: el diseño industrial, el arte, la música y la hostelería van de la mano.
Un buen sitio para visitar de día y de noche, como veréis más adelante.
Sus propietarios son la pareja formada por Kike, escultor madrileño especialista en cerámica, y Celia, una malagueña que trabajó muchos años como auxiliar de vuelo; los dos han viajado mucho durante su vida lo cual les da una visión cosmopolita que queda plasmada en sus creaciones.
Me encanta esa mezcla tan singular de distintas culturas y cómo reutilizan elementos usados, como puertas de ascensores antiguos, incluso aprovechan las radiografías para pantallas de lámparas con jarrones como pies.
Además, podéis ver lámparas de hormigón o ingeniosas lámparas fabricadas a partir de objetos cotidianos, como coladores; sillas de piel y forja; sillones construidos con un andamio y alpaca; piezas de tiovivo de los años 50 restauradas por ellos, revisteros con ruedas de monopatín…
Un espacio creativo para sorprender muy chic y cool, en el que vemos el resultado de fusionar nuevas técnicas y nuevos materiales, dando lugar a interesantes piezas de mobiliario. Está ubicado en la calle Corredera Baja de San Pablo, 17, en Madrid.
Muy en la estética retrofuturista cualquier «Fan» del diseño industrial puede contemplar los miles de detalles que hay en su interior. El “retrofuturismo” es una tendencia estética que rescata las visiones de futuro generadas en el pasado. Es hacer un viaje al pasado, al presente y al futuro.
Además de las propias piezas de Kikekeller, también apuestan por nuevos diseñadores, que tienen la oportunidad de exhibir y poner a la venta sus creaciones.
Además, Kikekeller dispone de una zona para tomarse una copa acompañado de música electrónica y funk. Maravillosas sinergías entre el mundo del arte, la música y la gastronomía. Un acierto total para que se dé visibilidad al arte. Lo importante es crear sinergias y poner en marcha ideas creativas.
Vamos a conocer un poquito mejor esta galería de Arte de la mano de Celia Montoya, propietaria junto con su pareja, el escultor Kike Keller, conocidos también como «Los Keller».
Celia (mi tocaya) ¿en qué ha consistido vuestra colaboración con el hotel Siete Islas?
Respecto al hotel Siete Islas, el proyecto y diseño es de Kikekeller con la participación de Ángel Tausía con sus lámparas de cemento y madera, especialmente diseñadas para este proyecto, y la colaboración de Ada2 con la pieza mural de las casas retro iluminadas.
– ¿La iluminación del hotel ha captado mi atención desde el primer momento?
Kike y yo hemos intentado respetar, mimar y cuidar una zona destinada al disfrute, paso y descanso del viajero utilizando materiales muy básicos, naturales. Intentamos jugar con la luz y el mobiliario para dar vida a los rincones muertos y jugar con las zonas muy visibles ocultando su presencia.
– ¿Las taquillas del hotel Siete Islas son muy funcionales y particulares?
Las taquillas son una pieza importante que juntó a la mesa de la recepción le dan carácter y personalidad a esta zona. Las taquillas están pensadas para que el que visita el hotel y tiene una salida y billete para más tarde, pueda dejar sus maletas y pasear por las calles de Madrid.
– En cuanto a la galería-tienda Kikekeller ¿De jueves a sábado, se convierte en una cafetería improvisada? ¿cuál es el horario?
De jueves a sábado de 19:00h a 02:30h en Kikekeller se puede disfrutar de una cerveza, café, vino o copa, en un entorno donde todo tiene su particularidad.
– ¿También se puede escuchar música funky o electrónica tengo entendido?
La música nos parece algo muy importante y que como la luz, el mobiliario, etc. hay que cuidar. El responsable de la música semanalmente es DJ Sr. de Somavia que nos ofrece un delicado y cuidado repertorio de música de lo más variado pero siempre con un punto diferente, alternativo.
– Dicen que las cervezas artesanas que servís son de lo mejorcito
Soy una amante de la cerveza y nos pareció muy bonito dar la oportunidad a pequeñas empresas de cerveza artesanal que presentarán su producto en Kikekeller. La cerveza artesanal me parece un producto muy cuidado tanto por su elaboración como por su presentación… por ejemplo, La Gorda, La Flaca o La Virgen.
– ¿Qué actividades lleva a cabo la Galería Kikekeller y qué piezas se pueden encontrar allí junto a vuestras propias creaciones?
Por un lado, contamos con exposiciones de arte que van cambiando cada dos meses, en estos momentos acabamos de inaugurar la exposición «El beso de Jonás» de David Luna que estará hasta el 18 de noviembre. El artista nos invita a mirar hacia arriba y soñar. Lonas de 14 metros guían el ojo del espectador por un viaje que recorre paredes y techos.
Por otro, contamos con nuestras piezas, mobiliario diseño Kikekeller y la colaboración de distintos artistas que participan con sus cuidadas y originales piezas, como por ejemplo, Patricia Santos, Enpieza Estudio, Ángel Tausia, Diego Elchebarey y un largo etc…
– ¿Te gustaría añadir algo más de la Galería?
Todo el espacio está abierto para invitar al que nos visita a disfrutar de cada uno de los rincones de Kikekeller, el espacio se divide en distintas zonas que el que nos visita irá descubriendo poco a poco cuando entra por primera vez, y nunca es lo que parece desde fuera…es bonito descubrirlo.
– ¿Cuáles son vuestros nuevos proyectos?
Estamos trabajando en nuevos proyectos que estoy segura que gustarán por su particularidad, como la peluquería «Isaac Salido» en la calle Villalar 11 o la Clínica dental del Dr Juan Arias, en la Castellana nº 12, ambos en Madrid.
Proyecto de la Clínica dental del Dr Juan Arias, en la Castellana nº 12
¿Cuándo vamos al Hotel Siete Islas y a Kikekeller? ¿Os animáis?