Atención, amantes del Pop Art, el Museo Thyssen-Bornemisza abre las puertas, del 10 de junio al 14 de septiembre, para acoger la exposición “Mitos del Pop”, con el rescate de más de cien obras de artistas del pop internacional: Warhol, Rauschenberg, Wesselmann, Lichtenstein, Hockney, Hamilton o Equipo Crónica. Objetos de la sociedad de consumo como la Coca Cola o la lata de sopa de tomate de Campbell, imágenes de cómic, anuncios publicitarios, diseños de carteles… se convierten en obras de arte gracias a la cultura pop.
En este post voy a combinar estos maravillosos cuadros con la moda, un derroche de originalidad y creatividad.
Roy Lichtenstein. Mujer en el baño, 1963
Museo Thyssen-Bornemisza, Madrid
Esta exposición se celebra en Madrid 20 años después de la muestra del Pop Art del Museo Reina Sofía, lo que merece una celebración, y está comisariada por Paloma Alarcó, Jefa de Conservación de Pintura Moderna del Museo Thyssen, quien propone una nueva interpretación del Pop Art desde la óptica del siglo XXI.
Ray Johnson. James Dean (Lucky Strike), 1957. Cortesía Richard L. Feigen & Co.
Se han reunido obras procedentes de más de cincuenta museos y colecciones particulares de todo el mundo, como la National Gallery de Washington, la Tate de Londres, el IVAM valenciano o la prestigiosa colección Mugrabi de Nueva York, junto a las obras de la propia colección permanente del Museo Thyssen.
El Arte Pop surgió a finales de los años 50 en EE.UU. e Inglaterra como una auténtica revolución cultural. Es una manifestación artística de una cultura caracterizada por la tecnología, la democracia, la moda y el consumo. Se sirve de los objetos industriales, de ilustraciones de revistas, publicidad, artículos de consumo… los populariza y los eleva a la categoría de arte. La intención es oponerse al arte elitista, con mordaz ironía, y democratizar el arte.
Los objetos comestibles, como las latas de conservas, «hot-dogs», botellas de Coca-Cola, se convierten en protagonistas absolutos. El bote de sopa Campbell o Marilyn Monroe de Andy Warhol , este verano también puedes llevarlo contigo en la ropa de Pepe Jeans: camisetas, sudaderas, vestidos… Una firma británica que ha firmado un acuerdo con la Fundación Warhol para una colección exclusiva de ropa. La verdad es que el estilo informal de Pepe Jeans siempre ha sido uno de mis favoritos.
Otros diseñadores como Moschino y su fast fashion, en vez de emplear sus logos, recurren a los de Coca Cola o Disney. Y la firma italiana Prada apuesta por lo artístico, con ropa cuyos estampados llevan rostros humanos y evocan el Pop Art.
¡Ah! y los dibujos POW POW!! , en mi opinión, son todo un clásico.
Las obras de Warhol, Wesselman y Liechtenstein sirvieron de inspiración también, a la alta costura, véase la colección Pop Art de Yves Saint Laurent en 1966. El estilo Pop Art en la ropa tiene un gran éxito y puedes hacerte con sus prendas a precios asequibles en diversos portales.
Yo no me puedo resistir a esta moda porque tiene una imagen juvenil, colores llamativos y formas divertidas. Me gusta compaginar distintos estilos, lo mismo llevo un look súper informal que otro más elegante y sofisticado. Mi lema es que la moda está para divertirse y no para ser esclava de ella.
Esta exposición está distribuida por materias en varias salas: el retrato, la naturaleza muerta, la pintura de historia y el paisaje.
Collage, publicidad, cómic
Richard Hamilton es uno de los pioneros del Pop Art británico y su famoso collage fotográfico titulado ¿Qué es lo que hace que los hogares de hoy sean tan diferentes y tan atractivos? ha sido considerado la primera obra del Pop Art y quien lo definió como un arte “popular, efímero, prescindible, barato, producido en serie, joven, ingenioso, sexy, divertido, glamuroso y un gran negocio”.
La exposición comienza su recorrido con una versión de 1992 de este famoso collage de Hamilton, en el que un culturista sujeta un enorme chupachup con la palabra POP en un interior moderno, con una televisión, un cómic enmarcado, un magnetofón, una aspiradora… todo lo necesario en los hogares de la cultura de consumo.
Critica a la sociedad de consumo, al culto al cuerpo, al erotismo, a la publicidad y a la tecnología que tan solo elogia la apariencia y lo superficial.
Por otro lado, el escocés Eduardo Paolozzi realizó una serie de collagesm Bunk!, del que se presentan tres ejemplos realizados con revistas americanas de papel cuché, tiras de cómics o anuncios, que sigue la misma línea de transformar el glamour americano en una imagen irónica.
Con los collages de Hamilton y Paolozzi podemos considerar inaugurado el arte pop, que no comenzaría su andadura en Estados Unidos hasta primeros de los años 60.
Andy Warhol se convirtió en artista a través de la publicidad y del cómic, tras trabajar como ilustrador y publicista para revistas como Glamour o Harper’s Bazaar, o para la firma de zapatos Miller Shoes. Tanto él como Roy Lichtenstein comienzan a convertir personajes de cómics en obras de gran formato.
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Por su parte, Roy Lichtenstein logra transformar imágenes banales en auténticas obras de arte utilizando las imágenes y técnicas de las comic strips (trama de puntos estarcidos o técnica Benday). Su seña de identidad son sus composiciones extraídas de las viñetas de los cómics, que son ampliaciones de los personajes de los dibujos animados, reproducidas a mano, con la misma técnica de puntos y colores que se utilizan para imprimirlos.
Emblemas
Desde mediados del siglo XX, los medios de comunicación de masas habían invadido la sociedad de slogans y marcas que servirían como inspiración para los artistas pop. Desde las famosas Dianas de Jasper Johns y Peter Blake hasta las marcas comerciales de Warhol, los emblemas poblarán las obras pop.
La segunda sala muestra obras tan significativas como “Diana verde de Johns”, Lata grande de sopa Campbell’s rasgada (Black Bean) o Caja Brillo Soap Pads de Warhol, junto a otros ejemplos como Epifanía de Richard Hamilton, Coca- Cola de Mario Schifano o EAT eléctrico de Robert Indiana.
Lata de sopa de tomate Campbell de Warhol
Asimismo, se expone S&H sellos verdes, en el que Warhol convierte en emblema un objeto de uso cotidiano; con esta serie, junto a las de sellos de correos o billetes de dólar, con la técnica del stencil o de la serigrafía fotomecánica, inaugura así la repetición mecánica, que se convertirá en una de sus señas de identidad.
Mitos
Hollywood fue una máquina de fabricar mitos y muchos de ellos se convirtieron en motivos para los artistas pop. En la tercera sala, el italiano Mimmo Rotella muestra a Liz Taylor como reina del Nilo en Cleopatra; Ray Johnson, inmortalizó a estrellas de la música y el cine como Marlon Brando o a James Dean. También, los artistas británicos crearon sus propios mitos como “The Beatles” o “The Rolling Stones”.
Peter Blake. The 1962 Beatles, 1963-1968. Pallant House Gallery, Chichester, Reino Unido.
Warhol fabricó iconos a través de la manipulación de la fotografía. En sus retratos de Marilyn Monroe y otras celebrities realizó una novedosa propuesta de la serigrafía fotomecánica. Además, sus 25 Marilyns en blanco y negro, con la permanente repetición de la imagen potenciaba aún más la figura del mito.
Retratos
Con la irrupción del pop asistimos a una nueva reinterpretación del retrato. Andy Warhol creó otra versión de sí mismo basada en la simulación. Así, en sus innumerables autorretratos se enmascara en diferentes imágenes de sí mismo que sustituían la real.
A partir de 1968 la reflexión sobre la muerte se introdujo en su pintura y sus nuevos autorretratos se transformaron en verdaderos Memento mori –Recuerda que moriras- (Autorretrato estrangulación o Autorretrato con cráneo).
Numerosos retratos y autorretratos pop utilizan con frecuencia imágenes fotográficas o recortes de revistas para su elaboración; así lo vemos en el Autorretrato con guitarra azul de David Hockney.
Warhol realizó numerosos retratos como los de Marilyn Monroe, de la que hizo una serigrafía basada en un original fotográfico de su rostro, los de Mick Jagger, Jacqueline Kennedy Onassis o Elizabeth Taylor.
Paisajes, interiores, naturalezas muertas
Junto al retrato, los artistas pop elaboraron también su peculiar reinterpretación del paisaje, de la pintura de interiores y de la naturaleza muerta, como en Cielo Amarillo de Roy Lichtenstein o en los paisajes urbanos de Ed Ruscha.
El bodegón vive con el pop una nueva época dorada, un espacio que elevó los objetos y símbolos de la cultura de consumo a la categoría de iconos de la vida moderna.
Naturaleza muerta nº 34 de Tom Wesselmann
El camerino. Valerio Adami, 1970
Por otra parte, con la revolución sexual vemos una obsesión por el erotismo que se ve en la publicidad y en los mass media: mujeres y hombres seductores se incorporaron al repertorio del pop.
Ya en el famoso collage de Hamilton había una evidente referencia al nuevo culto al cuerpo del culturista y a la sensualidad artificial de la chica pin-up del sofá.
Uno de los temas más recurrentes será el de la imagen de la mujer como reclamo publicitario y objeto de consumo; así lo vemos en James Rosenquist y sus mujeres sonriendo o fumando; o en Tom Wesselmann y sus modernas odaliscas de la serie Grandes desnudos americanos, en los que utiliza solo los colores de la bandera americana y otros símbolos nacionales, como las franjas y estrellas, o fotografías y retratos históricos.
Tom Wesselmann se interesa por el tema de la sensualidad y la mujer como reclamo publicitario y como objeto de consumo. Elige partes sensuales del cuerpo femenino, como las piernas, los labios, etc. y las mezcla con objetos cotidianos.
En las obras de la serie “Gran desnudo americano”, incorpora teléfonos reales que suenan, aparatos de radio y televisores en marcha, pegándolos directamente sobre la superficie pintada, siguiendo el método tradicional del collage.
Se puede ver la irrupción del erotismo en el cómic, con Roy Lichtenstein, las imágenes homoeróticas de David Hockney o la banalidad de las apariencias en las imágenes publicitarias del alemán Gerhard Richter.
Pintura de historia
Los acontecimientos históricos fueron también cruciales para la iconografía pop. Andy Warhol fue un verdadero cronista de su tiempo: la llegada del hombre a la Luna, o el asesinato de Kennedy a través de la imagen de su viuda, Jackie.
El patriotismo americano de la difícil posguerra o el precario equilibrio del mundo fueron reflejados en la obra de artistas como el norteamericano Robert Rauschenberg (Retroactivo II), el italiano Mimmo Rotella (Viva América) o el sueco Öyvind Fahlström (Balancín rojo).
En España, el régimen franquista desencadenó un descontento social que se reflejó en el arte. En la pintura de Eduardo Arroyo del “Equipo Realidad” hay un ataque irónico al sistema en la España de la época; mientras que “El abrazo” de Juan Genovés se convierte en símbolo de la transición española.
Ray Ban, modelo Way Farer, estilo Pop
Arte sobre arte
Con la aparición del pop, el arte del pasado se convirtió por primera vez en motivo artístico. Obras de maestros antiguos comenzaron pronto a ser reproducidas con métodos fotomecánicos por Rauschenberg, Wesselmann o Warhol.
El último espacio que cierra la exposición muestra la cabeza renacentista de Hockney, versión pop de un característico retrato de perfil del siglo XV; la interpretación de Alain Jacquet del Almuerzo campestre de Manet; «La salita», adaptación de «Las Meninas» por Equipo Crónica; «Vestido bajando la escalera», de Eduardo Arroyo, parodiando a Duchamp; «Hombre en un museo», de Hockney o «Joven con lágrima II», de Lichtenstein, entre otras obras.
Ágatha Ruiz de la Prada y sus «Meninas» de Velázquez
«Vestido bajando la escalera», de Eduardo Arroyo
Ray Ban, modelo Waifarer
Actividades complementarias
Paralelamente a esta exposición, el Museo Thyssen ha programado un completo calendario de actividades: jornadas Pop, ciclo de cine o conciertos para todo tipo de público. Además, esta institución ha llegado a un acuerdo con el Museo Reina Sofía, para visitar la exposición de Richard Hamilton, que tendrá lugar del 27 de junio al 13 de octubre, pudiéndose adquirir una entrada conjunta al precio de 13 euros.
Me muero de ganas por ver estas dos grandes exposiciones. Me considero fan del Pop Art, tanto del arte como de la indumentaria, y de ese peculiar universo que lo envuelve.