Nunca me he planteado hacer el Camino de Santiago, pero sí lo he sentido y vivido por la experiencia y la aventura que supone vender bien una vivienda lo más rápido posible. El tiempo medio para vender una casa de segunda mano al precio justo, hoy en día, gira en torno a un año. Mi camino ha cumplido un año, tras varios avatares, y la meta está por llegar, pero muchas son las lecciones acumuladas para llenar la mochila que debe llevar todo peregrino.
Para el Camino de Santiago se requiere: botas de montaña, mochila, chubasquero impermeable… Para vender una casa: un montón de papeles (documentación necesaria), un buen packaging o Home Staging, que más adelante explicaré, y Santa Paciencia. Imprescindible que la casa vaya a parar a la agencia inmobiliaria más adecuada.
Si te decides hacer el Camino de Santiago, lo puedes hacer más largo o tan solo unos tramos, el camino más fácil y cómodo o el más arriesgado y trepidante, solo o acompañado. Una ruta llena de desafíos. Lo mejor es partir con la mochila bien equipada pero con el menor peso posible.
Si quieres vender tu casa, también, puedes hacerlo solo o acompañado, como particular o con agencias, o ambas cosas. Tienes que elegir entre la venta «en exclusiva” o que la tengan varias. El camino al éxito, a veces, es largo y con obstáculos.
El camino empieza y os cuento mi experiencia para todos los que queráis vender una vivienda a precio de mercado. Este blog es de compartir, de tender puentes y establecer sinergias.
Primera barrera arquitectónica: el precio que te pone la agencia inmobiliaria y el que tú consideras como propietario, tras arduas averiguaciones personales. Nadie la conoce mejor que tú. Hay que ponerse de acuerdo con la agencia. Hay quienes fijan los precios a la baja para vender rápido. ¿Ese es vuestro camino? No hay ni que sobrevalorar ni infravalorar el precio final de cualquier vivienda.
El precio de mercado es el mismo que el comprador está dispuesto a pagar. Así de simple. Hay que valorar si te conviene más bajar el precio y vender ya, o esperar un poco más y vender a su precio real. Tendrás confusión porque hay una diferencia de tasación de precio entre unas y otras agencias, y tú tendrás, también, que tener tu propio criterio sobre poner un precio razonable que no tire a la baja y mantenerte firme.
Agárrate que vienen curvas en el camino: Si decides poner en tu casa el cartel “Se vende”, como particular, prepárate a un bombardeo de llamadas de agencias inmobiliarias, vecinos y curiosos, y a un tremendo cotilleo. ¡¡¡Terminas quitándolo!!!
Compañeros del camino. Percibo en mi recorrido cuatro tipo de colectivos: Hay quienes venden rápido a precios por debajo del mercado porque van de “sobrados” por su desahogada situación económica, o el otro extremo, por la “soga del ahorcado”. Otros les pueden las prisas y la falta de paciencia en esta sociedad exprés en la que vivimos.
Y, por último, estamos los que queremos vender a un precio ajustado y real nuestra vivienda porque somos conscientes de sus fortalezas y exclusividad, tenemos un buen producto y “para que el otro haga negocio con nuestra casa, lo hacemos nosotros mismos”.
Es más fácil y rápido de vender un piso de dos dormitorios que otro de cuatro, pero te encuentras que la gente quiere pisos “chollos”: un piso de cuatro dormitorios por el precio de dos. El precio de un piso se calcula en base a la ubicación, los metros y, si tiene una plaza de garaje o, aún mejor, un bajo-cochera, aporta un valor añadido importante.
En las zonas costeras, las viviendas de hasta 300.000 euros son más fáciles de vender para segunda residencia y, en general, hay pisos más especiales en los que se parte de la premisa de que no es una venta rápida.
Por la grave crisis económica, en 2008, los precios de las viviendas empezaron a descender bastante, los bancos se quedaron pisos por impagos a precios bajos, pero desde 2016 la vivienda de segunda mano se está recuperando y los precios han subido. Estamos en una etapa de reactivación económica, adiós crisis. Dato importante a tener en cuenta para los que vendáis a partir de ahora.
Hay que averiguar el precio acorde a la zona, para tener un punto de referencia, es importante investigar a qué precio se han vendido inmuebles de características similares en la misma zona y ¿por qué a ese precio?. Laboriosa tarea que he realizado como periodista y como particular que vende su casa.
Una gran reflexión en el camino: Es importante concertar visitas, ¿no se puede vender lo que no se ve?… Tal vez, si lo ves, comprobarás si merece la pena o no.
Más curvas en el camino: El comprador presiona hasta el máximo para que le bajes el precio: que si la pintura, las puertas, la portería… busca lo mínimo para ello. Desde luego, si compras vivienda nueva directamente al constructor no hay cliente que le tosa. Consejo: Ajusta el precio y que sea innegociable. Es una opción.
El camino nos pone a prueba. El Camino de Santiago es un reflejo de la vida misma. Hay momentos en el que el camino se hace pesado y cuesta arriba. Cuando un obstáculo aparece en el camino puedes optar por hundirte ante la adversidad o sacar fuerzas y seguir adelante. Pues a salir del fondo del agua y a mantenerse a flote, ya sea en la piscina o en el mar.
Seguimos caminando y me quedo fulminada con un rayo: En el camino te pueden ofrecer el “alquiler con opción a compra”, un cebo. No tengo buenas opiniones al respecto, conozco casos en que al final solo alquilan un tiempo la casa, te la destrozan y, finalmente, ni te lo compran. Fórmula descartada, para mí, y un gran susto en el camino.
En el trayecto hay paisajes hermosos, senderos llanos, elevaciones y pendientes y, también, nubarrones en el camino.
Aparte de los problemas externos están los internos, cuando lo que tienes que vender es de una herencia, en muchas familias hay una «pequeña Cataluña», cada uno tiene sus intereses y necesidades, y siempre están los que presionan para vender rápido con un precio bajo por las prisas. Sé de varios casos de líos de herencia que han dejado los precios tirados de sus viviendas.
En los dos caminos, el de Santiago y el camino de vender la vivienda hasta entregar las llaves, aprendes que el trayecto está lleno de lecciones, que los obstáculos existen pero tras los nubarrones siempre sale el Sol.
Un rayo de Sol aparece en mi camino, es el Home Staging, una técnica de marketing inmobiliario que surgió en EE.UU. en 1972, y consiste en decorar, reformar y ambientar una casa para que resulte más atractiva y visual e impacte a primera vista. Una estrategia de venta que os recomiendo para destacar la vivienda de la competencia.
El Home Staging es como la puesta en escena de una casa, es como un servicio de Personal Shopper del hogar. Soy una experta Home Stager y presto este servicio profesional, por si a alguien le interesa. Si el piso está vacío se puede solucionar con muebles de cartón y de atrezzo para dar una idea de las posibilidades de la habitación.
Son consejos del Home Staging: Despejar la vivienda de muebles, dar ambiente con unos cuadros, colchas, cortinas, cojines o toallas a estrenar. Colocar plantas para decorar la sala, la cocina o la habitación que dan un ambiente más acogedor y son sinónimo de vida. Retirar todas las cosas más personales, como fotos y objetos religiosos. Mejorar la iluminación y dejar un estilo neutro son otras de las estrategias.
Hay que arreglar todo cuanto esté defectuoso, y si hay que darle una mano de pintura, adelante. Limpiar y ordenar la casa es prioritario y, además, tiene que oler bien, dar sensación de frescura e higiene. No hay que colocar objetos que impidan el paso en los pasillos y tengas que andar de lado.
Otro punto a tratar son las comisiones que hay que pagar a las agencias inmobiliarias. En mi opinión, el 5% del importe de la venta es una comisión justa, siempre y cuando el piso se da en exclusividad. Visto lo visto esa es mi conclusión.
Gran difusión: se debe promocionar el anuncio de venta de la casa en todos los medios posibles, como los portales inmobiliarios de Internet: Idealista, Fotocasa, Mil Anuncios… Consejo: El precio debe ser el mismo para todas las agencias y el particular.
Precauciones: En cualquier camino estás expuesto a encontrar a los «amigos de lo ajeno» y a los okupas. Algunos ladronzuelos se harán pasar por compradores para comprobar si hay algo de valor; además, están los “okupas” que podrían irrumpir en la vivienda si ven que está vacía y les resulta fácil de entrar.
Hay viviendas en primera línea de playa en las que el verdadero lujo está en las magníficas vistas al mar, salir a la terraza y ver el mar no tiene precio, es el mejor cuadro. Estas casas nunca se «queman», es decir, no pierden valor cuanto más tiempo tarde en venderse.
No pretendo tener la razón en nada de lo que escribo, solo hablo desde mi humilde experiencia; otras personas podrían contar una historia al revés o múltiples versiones. Lo que no se vende en un año se puede vender en un día, no lo olvidemos, y el camino tiene muchas rutas y senderos para llegar al objetivo.
En la vida somos meros caminantes con mochilas. La mochila hay que llenarla de experiencias y reflexiones porque uno se vuelve más sabio y prudente por las pruebas; que para hacerse más maduro ya está la edad biológica.
En el camino de la vida veremos pasar todas las estaciones: frío, calor, tormentas y lluvia, y sin lluvia no hay Arco Iris. Y el Arco Iris nos ilumina para tomar la decisión más acertada. Cada peregrino tiene su historia. Cada persona es diferente y cada una lleva en su mochila su carga vital, ¿qué tirar? ¿qué conservar? y ¿qué hacer nuevo? en nuestras vidas y en nuestras casas, “that is the question”.